14/5/09

SUBASE QUE LE HAGO PIECITO


He recorrido una infinidad de ferias hippies en mi vida, y no puedo dejar de pensar que si hay un puesto que las representa, aparte del que pinta con aerosol paisajes que solo existen en una nube de pedos, es el puesto de las caricaturas.
Un tipo sentado en una reposera, precisamente, reposando a la espera de algún cliente hambriento de un desprolijo botox caricaturesco.
La idea es contemplar en una hoja el resultado de una fecundación entre un espermatozoide y una albóndiga. Mi curiosidad gana y accedo a rodearme de un montón de gente que durante el proceso se cagará de risa en mi cara y en la sucursal de mi cara que el dibujante esta por inaugurar con unos bonitos pómulos de azteca, una elegante cabeza desbordadora de hojas y unos suculentos labios de Mick Jagger.

Ahora estoy observando la obra. Libero una mueca típica de mi conformidad. Pero entre la mueca y esa obra algo empieza a efervecer. Y es que me estoy viendo sonreir por algo que desconozco. Me veo mirar cosas que no miré jamas. Y sin embargo ahí estoy, mirando y riendo, como si lo hubiese hecho de verdad.
Me estoy viendo a mí en una realidad que decidí construir por 20 pesos.
No es una foto. No es un recuerdo. Es algo que pudo haber pasado...


Sobre la banquina de su vida se levanta un muro que lo separa del camino que no eligió. Alto como el cielo y largo como lo que usted continúe caminando. Destinado a recordarle que ya hizo su elección. Que arrepentirse solo significaría querer conjugar sus decisiones en condicional perfecto simple, de manera tal que querrá saber que “hubiese pasado” de haber elegido el camino del otro lado del muro.

Lo que “hubiese pasado” es la porción de su vida que no va a ser vivida. El trabajo que rechazo, el colectivo que perdió, la mujer que le dijo que no.
Digamos, lo que se esconde tras esa pila de ladrillos y que usted jamás va a ver, porque claro, no existe.

¿Le gusta hacer trampa? Vaya con el tipo de la reposera. Puede que le haga piecito y le de la sensación, sólo la sensación, de que está espiando aquello que nunca hizo; aquello que pudo haber hecho.

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LIBERE ESE PEDO LITERARIO, Y DEJEME SU PALOMETA.