16/7/09

TIEMPO: SUSTANCIA QUE SEGREGA EL CEREBRO PARA CONVENCERME DE QUE TODO PASA.


No apunto. Sólo quiero disparar. Mis dedos no encuentran el gatillo. Miro mi mano; estoy sosteniendo una naranja. Ahora escapo con pies que son lombrices metidas en la tierra, enroscadas en las tetas de una puta oriental. Hay un aliento a salame que me raspa la oreja. Gritos y saliva que embarazan mi voluntad de un esfuerzo que nacerá moribundo. Es el despertador, mi titiritero inalámbrico, tartamudeando una tiranía que me obliga a despertarme para soñar que el mundo me traga.  

Me miente la mente. El principio y el fin son la misma cosa. Huevos y gallinas subiéndose al podio cuando la biología duerme. Fideos largos y verdes que llevan y pudren mi sangre en obediencia a una pila que revolea agujas.  
Las horas se alojan con pelusas de mis mangas adentro del teclado. Los días se bajan de Internet. Se recuperan. Se lavan. Y el mar me devuelve la arena que voy a perder.  
De nuevo el sabor a misterio, como cuando me despierto una cuadra antes de mi parada y Dios y mi reloj biológico se disputan la responsabilidad con un terrome. 






1 comentario:

  1. Éste me gusta más que el que viene después. Un cúmulo desbordante de abstracción, metáfora y elipsis. Arte. Me gusta y punto y no lo digo para quedar bien.
    Yo te leo y quiero leer más!
    Besooooo!

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