El gallo se cayó de la veleta y el viento no sabe para donde soplar.
Los pájaros derriten el cielo sobre los autos. Blancos y mierdosos pedacitos de cielo, sobre latosos pedacitos de geografía que ocupan tanto mundo, que las calles se hunden en el trafico. Que la gente se hunde en sus trabajos.
Y un patio. Y una mesa. Las compoteras rebosantes de pasas de uva. El brindis. El cielo. Una bala. El gallo. El viento. La bala. La cabeza de Romina.
Una copa interrumpida y la botella trastornada. Las pasas de uva flotan muertas por el mantel.
El momento equivocado es la casualidad haciendo poesía.
11/11/09
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LIBERE ESE PEDO LITERARIO, Y DEJEME SU PALOMETA.