29/12/09

POEMA DE AMOR PARA UNA MUJER MALA.

Las tetas eran dos estalactitas de tiempo. Masticarlas y masticar algodón de azúcar significaban lo mismo: nada. Como mover los labios de una manera sonámbula mientras sueño que atrapo burbujas con la boca. O lo mismo, pero sin soñarlo. 
Toda ella excedía la soberanía de su cuerpo para derramar su mantecosidad sobre el mío. Tenía la piel suelta y bailarina, y usurpaba gitanamente el espacio que la rodeaba y que me rodeaba. El culo era subliminal. Apenas una línea de referencia para saber donde encajar la bombacha. Lo que fuera que ese culo pudiera ser, lo era en otro lado porque donde debía estar no estaba.  
Una vez me dijo te amo mientras lo hacíamos. Pensé en los viejos que cazan charlas en las veredas. Políticos, precios y colectivos. Siempre la misma y mundana necesidad de hablar de la misma y mundana cosa. 
Lo seguimos haciendo en silencio.

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