29/5/10

DE AMARTE

Cuando suceda no sonará un piano
Quizás alguien grite auxilio
Quizás alguien dispare un arma
El sonido puede hacer de la vida algo agradable,
o al menos que lo parezca.
O simplemente no puede hacer nada.
No hay remedio, ni lo habrá.
Lo saben tus amigos, los míos,
Lo sabe el empleado de la estación de servicio
Los criticos literarios también lo tienen presente
No te culparé, ni a mí.
Mucho menos a la muerte, ni a tu cintura, o a cómo se esconda dentro tuyo
Dios tampoco tendrá nada que ver. Nunca lo tuvo
No será tu madre, no será la mía, a pesar de que las escucho en sus cuartos con sus maridos,
matándome, matándonos.
Tu culo en aquellas fotos que me llegaron en un sobre anónimo, no será el culpable
Tu aliento a cigarrillo, tus lagañas secas a las seis de la tarde,
el amarillo acartonado de tus remeras a la altura de las axilas,
la manera en que me transmitirás que ya no me amas,
nada ligará la responsabilidad
De que un jueves
O un domingo,
sin esfuerzo, sin asombro,
Mientras tire de la cadena o mientras escriba un poema,
y cuando un piano se calle,
Yo deje de amarte.

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LIBERE ESE PEDO LITERARIO, Y DEJEME SU PALOMETA.